Tengo la piel tatuada de palabras, la escritura se ha quedado en los sentidos desde que mi conciencia tiene memoria, la poesía se desliza por mi boca cerrada y la abre lentamente para que el oráculo de su voz habite en los poros de la piel, enfermedad incurable, el tiempo perdura en su lengua y en esa revelación quedo impregnada de sus fantasmas…
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